Madrid, 11 de noviembre de 2004

    

Ese día, Europa festeja el Armisticio y yo me voy a Madrid a ver el estreno del Musical “Mamma Mia”.

Llegué al teatro Lope de Vega a las 18h, todo estaba en calma, las luces apagadas y la compañía posando para los fotógrafos. No me dejaron acercarme ni fotografiarlos. Cogí mis entradas y me fui a cenar.

Regresé a las 19h30, una hora antes del comienzo oficial. Las luces brillaban y la gente empezaba a llegar al teatro. También había curiosos que se paraban y autocares de turistas que nos hacían fotos.

Frida fue la primera en llegar, sonriente y sin prisa, se paró varias veces para firmar autógrafos. Iba vestida de blanco y parecía una verdadera princesa.

      

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 Björn vino un poco más tarde, también relajado y sonriente, se paró a firmar autógrafos.

  

Después entré en el teatro.

Descubrí que tenía la penúltima fila del anfiteatro, es decir arriba al fondo. No se podía ver a Frida y Björn bajo, pero sí que vi perfectamente la obra.

Empezó con retraso. Es idéntica a las otras producciones que ya conocemos. El decorado era igual y el argumento en castellano reflejaba maravillosamente la versión original inglesa. Al final no se ha respetado las letras castellanas existentes, por ejemplo “Conociéndome, conociéndote” se ha cambiado por “Para mí, Para ti”. Tendré que escucharlo varias veces antes de encontrar los otros cambios.

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Los actores son todos excelentes, me fue difícil al principio acostumbrarme al tono de voz de Nina (Donna) que para mí es demasiado bajo pero se entiende perfectamente (y es un extranjero quien lo dice)

Al final del segundo acto, la compañía repitió, como en las otras producciones, “Mamma Mia” y “Dancing Queen” en castellano y “Waterloo” en inglés.

Cuando acabo Björn y Frida subieron al escenario, pero yo me lo perdí intentando coger mi cámara fotográfica.

La fiesta podía empezar. El teatro se transformó en tres escenarios simultáneos. El primero bajo, donde se podía bailar; el segundo, en el primer piso, la gente podía hablar escuchando música disco ante unos canapés. El tercero estaba reservado a los VIP. Por supuesto allí estaban Frida y Björn. Cuando Frida salió, le pedí un autógrafo y le dije que me gustaba mucho su trabajo actual. Me dio las gracias y me dijo ¡amor! (También lo puso en su autógrafo “Love, Frida”).

Felicité a Björn por el Musical, pero no me contestó, sólo firmó mi programa como le pedí.

Después la compañía salió a bailar con la gente fuera del espacio VIP y todo el mundo se subió al escenario.

 No pusieron muchas canciones de ABBA, pero no faltó, “Dancing Queen” y “Waterloo”. A las 2h30 se fueron los invitados principales y a las 3h30 acabó la música.

  

Yo y dos fans holandeses.                    Yo, Anita, Marietha y Helga